30 AÑOS DE "DAYDREAM NATION"

 Recordaba el pasado mayo y en este lugar el 30 aniversario de la edición de "Bug" de los Dinosaur Jr, tercer disco de la banda favorita de todas aquí (como ya se ha explicado en numerosas ocasiones), presto a cumplirse en un octubre ya ahora superado. Sin embargo, no fue el único trigésimo aniversario ilustre alcanzado en dicho mes. De hecho, y aunque deba tragar un algo de bilis (no demasiada, que en definitiva estamos ante otra banda top en querencias personales), tampoco fue el trigésimo aniversario más ilustre o importante cometido en ese mes. De hecho también, puede que en dicho mes de aquél 1988 se editará el disco más importante de la historia toda del fenómeno, antes ilustre y hoy -o desde ya hace bastante en propiedad- casi completamente adulterado, conocido como "indie rock".


"Daydream nation" es un caso digno de estudio en la historia rockera. Uno de esos realmente contados ejemplos de álbum que es, a su vez, el pináculo de una banda que ha tenido que generarse su propia escena a codazos y patadas, a base de talento y fe desbordando desde cada paso. Habría que esperar a los Wilco del tercer disco para encontrarnos de nuevo con algo parecido. Con la diferencia, eso sí, que Sonic Youth lo hicieron a ciegas y sin red, obviando lo mucho más particular de su combativa propuesta, no sobre un colchón de pétalos de orquídea dispuesto (aunque más que merecidamente sea/fue) por una crítica especializada muy predispuesta. Y es que realmente, Sonic Youth, -como sólo la Velvet Underground a este nivel de excelencia antes o después de ellos-, persiguió (y encontró) siempre la belleza desde la suciedad. Huyendo de lo meramente contemplativo, de lo obvio...Pero continuar desde esto, está claro, sería huir a su vez hacía la veneración absoluta que en esta casa se les profesa desde ni se recuerda (y también a su vez a este texto podrían faltarle varios días para terminarse en el año en curso).

Tenemos, además y con éste álbum, la virtud impagable de estar ante algo que crece en directo, sin fin ni dirección aparente (ni maldita la falta), puro envelesamiento através de unos músicos extraordinarios en el momento que se reconocen a si mismos como únicos e investigando hasta dónde pueden llegar. Y quizá se podría argüir que todo lo editado por Sonic Youth desde la llegada del gigantesco Steve Shelley (para mi el mejor baterista de largo en la últimas tres décadas ya de paso en esto del rocanrol) hasta, al menos, su "Washing machine" de 1995 (una de las mejores secuencias de discos de la historia para quien suscribe, ya que estamos) parece apuntar y lo hace en dicha dirección. Pero, ay, la destilación en "Sister" y "Daydream nation", donde sus primigenias lecturas de lo salvaje y lo formal se dan de morros en el pasillo desde entonces y para siempre, es algo demasiado y definitivamente irrepetible. 


No vamos aburrir ahora con eso de la salida de la no wave para alcanzar ese noise rock que inventan, ni los tantos paralelismos ya apuntados con la Velvet, o las influencias mil que asentaron para un sindiós de gentes, etc... Pasando mucho de "wikipedias" como siempre, vaya (ahí -en las webs- están las cosas para quien lo quiera/necesite). Ya puestos, tampoco vamos a centrarnos en la música en si, el sacrosanto tracklist iluminado hasta el fin de los días por esa ya tan emblemática vela negra, y aún a pesar de los incontables rincones de grandeza en él ubicados. Estamos de aniversario, esto ha sido sólo mero y breve homenaje/recordatorio, o al menos lo pretende... a colación de uno de, fácilmente, los diez mejores discos dobles de estudio jamás editados por nadie. Y a qué más. Sólo dar las gracias por enésima a estos tan añorados GENIOS por manufacturar tamaño pedazo de historia del rock. Felices 30 desde la hipernación.