Pues sí. Con dos días de escuchas ya me siento legitimado para dejar reseña. Es "mi banda" y me atrevo, qué pasa ("hala", incluso). Aunque, ojo, precisamente por ser "mi banda" (con la única duda razonable de la de Joe Strummer la que más veces he escuchado en la vida ésta sin dudas al respecto) no me gusta compartirla con el "infiel"... Ruego pues comprensión aquí con el tono a veces empleado, por lo que si alguien no está de acuerdo con todo o parte de lo que seguirá (basado principalmente en la premisa indebatible de que estamos con el nuevo disco de la mejor banda de esto de las guitarritas en los últimos tres decenios -y con remarcable holgura ya a estas alturas-) solo queda, y que ningún anillo se me cae por ello, disculparme en la más honesta y plena de las formas... Y, también claro, rogarle al "afectado" que mejore/matice sus gustos para ayer en "materia Rock". Que es que le urge, lo sepa o no, y tal. Esto es perse.
¿Qué conviene esperar pues , en base a todo lo vertido, con éste "Give a glimpse of what yer not" que aparecerá en las tiendas el ya tan cercano 5 de agosto? (y sí, me llegó por medios un tanto "especiales", pero no se dude que ya está comprado/reservado desde el primer día que fue ello humanamente posible -y digo más, seguro caerá éste también en más de un formato... y ya me pueden llamar "idiota" o similar en vez de "deep fan" que estoy vacunado, no problem que es lo que hay y además me la trae floja-). ¿Será la fresca electricidad desmedida de "Beyond"?, ¿el desacomplejado viaje épico de "Farm"?, ¿la síntesis más pulida y pegada inmediata de "I bet on sky"?... Todo ello, además, regado con la obviedad de que, no creo nadie tenga duda (y volvamos con lo de la peticion expresa de "comprensión" de ser menester), que esto se lo explica alguien que es absolutamente incondicional con la formación (esa premisa es primordial, quien quiera "crítica" más aterrizada u objetiva se ha caído en un charco bien gordo aquí, diáfano e innegable ello). A sumar, ojo, lo engañoso del single de adelanto a la hora de tomar posibles posturas precipitadas... "Tiny", como ocurrió con "over it" en "Farm", es una alfombrilla liviana, agradable de primeras y muy fácilmente asumible que, por contra, pertenece a un elepé que prescinde de la carta de lo "inmediato" al abarcarse en su conjunto. Y sí, el pálpito para el conocedor de la banda, es correcto. Ahí donde "Been there all the time" o "Watch the corners", sendos temazos/singles del copón superiores -a qué negarlo- al par inmediato anterior aquí mentados, nos "venden el disco" desde ahí mismo, "Tiny" ejerce de chocolate del loro y zanahoria del asno: te enseño un poco para que te toques un rato pero las fantasias, ya si eso, te las haces tu en casa... Y me parece fetén ello: "dar una imagen de lo que no és", significa el título, y lo consecuente con ello queda ahí, igualmente y desde ya, tambíen servido. Eso sí, por si poco fuera a la hora de reafirmar ese punto de partida (ese "jugar" con el título), resulta que la primera canción del disco, y la que antecede a "Tiny", es la otra píldora de más fácil y directa ingestión: "Goin down". Riffazo asesino sin contemplaciones que sostiene gran parte del tema en "sopapo mode". Engancha de primeras sin remisión , tiene además ese bridge saltarín entre partes, el breve momento de "magia jurásica" sobre el 2'43" (que después retomará el pollastre al final)... Y, en resumen, una fantástica manera de seguir esa tradición suya de que, vayan por donde vayan después los tiros, la primera del álbum tiene que ser un hostiazo en los morros sin negociación posible. La versión "feliciana" de su discurso (su vertiente más accesible) queda dispuesta por la ya más que mencionada -y escuchada a estas alturas, sin que por ello deba negársele el pan, ojo con eso- "Tiny". Aquí llegados, cabroncetes son estos señores, uno ya se pone en modo "auto pilot" dispuesto a meterse entre pechos y espaldas un "I bet on sky 2"... Y no. El minutaje por lo general breve, al repasar previamente el tracklist, de las canciones y dicho inicio pueden invitar a ello, está claro (a vueltas con lo de las falsas impresiones precipitadas -y que te lo están diciendo en el nombre del disco, coño, ya te lo repito/reitero de nuevo, si-). Son temas muy cohesionados como en el anterior, si, y su producción más ligeramente asilvestrada nos pueden retrotraer a "Beyond", también, pero nadie se engañe... el espíritu es el de "el otro" que nos queda en medio... "Be a part" empieza con esa ensoñación de ténues cuerdas de medio minuto para acelerarse muy sutilmente y plantarnos un drama eléctrico en la mayor y mejor tradición de los temas más introspectivos de Mascis (que les recuerdo así de gratis, y por ser así de buena gente, que fuera de sus círculos de confianza la "c" es una "k" a fin de no hacer el ridi porqué si... que los yanquis no "cecean"). Bonita y enorme canción, con unas guitarras que dicen más cosas que todas las palabras habidas en incontables discografías enteras de otros (sobre el 2'30" y en adelante, deep fan, vas a notar una hinchazón importante en el bajo viente... y, ay, cuando entra la guitarra justo antes de que acabe ese minuto... y el solo de despedida... su puta madre...). Mas. Así, en general, "más", con "I told everyone"... Al puto calabozo los tres por no alargar esto más allá !. Y de nuevo esa sensación de descenso al vacio con los sentimientos desbordados que el conocedor de "Farm" abrazará sin reservas... Y qué bien suena el bajo de Barlow rebotando por todas partes... y qué maravilla el solo en el intermedio, justo antes de retomar el motivo principal (uno de los solo más cruelmente breves del melenudo y ya cincuentón skater). Turno para el primero de los dos temas de Lou: "Love is...". Mucho más que meramente "resultón" su concurso como siempre, por ser tan parecido en forma y distinto en ejecución -a la vez- del otro (al que, cómo no, le permite "su breve momento guitarril", faltaría). Sin alcanzar, aquí, los grandes temas de Sebadoh si que logra apaciguar la estática generada por su amigo/socio dando una lógica mayor presencia al bajo (y qué bajista, claro) que aminora el "efecto metralleta" habitual -para seguir al chalao- por una mayor nitidez y fluidez más melódica (y plácida, ya puestos). Un poco, también, la lágrima por intuir uno que esto es lo que tendrían que venir haciendo un poco los puñeteros Posies (en vez de la mierdaca con lo que han vuelto esta misma añada... pero de más lejos viene ese drama, si).
Tras el ecuador marcado por el primer tema de Barlow (conato de tradición ello también) y recordar ahora que, aunque no lo haya mencionado aún, entre las cabezas más visibles de J y Lou sigue habiendo como siempre un señor batería, Murph, que le arrea a los parches que se queda uno bizco, nos llega "Good to know". La otra canción, junto al single, que no supera los tres minutos y medio y que tiene una pinta segundo sencillo importante... O quizá no. Porque no es tan evidente o pegadiza y tiene, además, un momento donde Mascis parece que va a entrar en trance que se queda finalmente en impresión para recogerse, tras la esporádica aceleración superguerrera de turno, en parajes más calmos. Esta canción, ciertamente, hubiera durado el doble (mínimo) en "Farm", si, pero (al tanto) nadie la mire de lado... Es más: de no haberse marchado Lou tras "Bug", hace unos cuantos mundos, es fácil suponer lo distinto que hubiera sonado "Green mind", por lo menos en algunos momentos, tras echarle medio oido a esto. Y aunque el disco de la niña fumadora es irrepetible a distintos niveles, ok, lo que se dice "sonar mal" tampoco lo hubiera hecho del todo... Además, es la antesala ideal de "lo gordo" del disco... Ese lugar donde los más fanáticos retozaremos en barros como benditos, sacándole las entrañas a cada canción esperando el detallito, la genialidad de turno que, no se dude esto tampoco, nunca va a faltarnos... Lo de "I walk for miles" ya no es un riff asesino como con el tema inicial, no, es puro mármol el cabrón (atención al inicio, con tamaño ejercicio de contundencia a martillazo limpio fanes de Sabbath). Esconde algunos de las pasajes guitarriles más putámicos de la colección (atención fanes de Neil a lomos del horse en la conclusión) y va, sin remisión, de cabeza a la saca de los temas más queridos del lote desde ya... Aunque quizá no tanto como "Lost all day", conviene matizar. De momento "mi tema" de este "glimpse". Sentida agonía "mascisera" a la enésima. Melodía que te hace llorar lo mismo que sonreír según te pille el día pero que lo que es compañía va a hacer siempre y que se desdobla, a posteriori, en un pasaje instrumental en crescendo eléctrico-melódico de esos que solo éste poeta de la jazzmaster, el hacedor de "Get me", (me) ha alcanzado en el rock de los últimos veinticinco años con remarcable, más que cierta, asiduidad. Pero, ojo, que llega la "quedada" del disco: "Knocked around"... Que empieza en un -aquí recuperado- falseto y que si bien deja claro de primeras que, en dichas formas, no esconde en su interior la épica fatalidad de "not the same" o el descenso infernal de "alone" (legendarias, que lo de meramente "buenas" es un insulto aquí, ambas), si genera un cierto sentir de "a ver por dónde tira el cabrito...". Y sí, claro, te/nos la clava de nuevo. A media canción se acelera, de repente y a traición, a lo burro para acabar cuadrando la guitarra con la que uno seguramente, de ser manager o promotor (o algo del estilo) para la banda, utilizaría para venderles la nueva rodaja a los fans de siempre... Más densidad sónica para "Mirror", el penúltimo puerto, con más melodrama, y ese curioso intermezzo bluesie "pega-partes" que aunque funcional casi parece una coña en sus manos (aunque desde esa perspectiva se agradece por la frescura y ligereza destila, en contrapunto a la fatalidad de J al relatar). Para mi la menos memorable, ahora mismo, de esta segunda parte del lote pero... eso si, no me pregunten de aquí -siquiera- un mes... En cualquier caso, trompetas y vítores, la despedida con Lou y su "Left/right", para mi (lo digo desde ya) el mejor tema que ha escrito para la banda desde la reunificación original, aparca del todo el asunto en su correspondiente y muy alto pedestal. El que procede. La melodía, ese segundo estribillo, ese breve momento de acústica inesperado, ese bajo más limpio de nuevo, la guitarra que se deshace... Aquí si está, de frente y sin cortapisas, el genio-ente creador (o co-creador, si nos ponemos puntillistas) de "Bakesale". Mucho se lo ha currado con ésta, Sr. Barlow. Bravos a mansalvas.


