Mucho se viene hablando/lisonjeando desde la bloguería del/al nuevo disco de Iron & Wine... Para la ocasión, digo ya de entrada, que a mí ni me agrada ni convence. Y, ojo, me gustan mucho los dos primeros álbumes, cuento su (para mí como para muchos otros) "masterpiece" del "Shepperd's dog" como uno de los grandes discos del nuevo milenio y, atención, casi me gusta más incluso la (cruelmente) breve colaboración con Calexico. Además, con el tiempo, hasta le he ido cogiendo cierta estima al ahora penúltimo "Kiss each..." a pesar de no deslumbrarme ya tanto (pero es que ni por asomo, vaya) como lo que precede. Y aquí pararé un poco para explicar el porqué me gusta tanto la obra previa del pollastre (o por lo menos hasta justo antes del cuarto elepé)... Básicamente, y es bien fácil, es el músico que más me ha recordado desde su óbito al añorado y llorado Elliott Smith (de forma puntual, eso si) sin serlo (las putas ganas, claro)... Esa desnudez del par de inicio rematada por la brillante cristalización popie -sin olvidar el imprescindible poso folk, es de cajones- del tercero es algo a considerar (o me lo parece a mi) muy seriamente. Y por supuesto no se encuentra ahí la desgarrada belleza de lo que hacía el tan tristemente desaparecido Smith siempre que quería y como quien se rasca las napias pero, caray, se me acercó el Sr. Beam y mucho, vaya qué sí... más que nadie. Por ello, obvio, lo que más me atrae de la música de Iron & Wine es su reverso de emoción pura, dura y austera (sin artificios a valer)... Y que también mola al personal su pop happy-soleado. Pues vale... Pero ahí ya tengo a otra gente (e incluso en la actualidad -o en full activo al menos-, sin darle al rewind para ir a buscar tótems sagrados) que hace cosas en esa dirección y que, siempre para mí -repito en mayúscula: SIEMPRE PARA MI- le pinta la cara a Mr.Beam hasta durmiendo. En ese sentido ya "Kiss each..." con su producción más" cargada" de lo habitual hasta entonces me resultó un evidente paso atrás en base a percepciones propias, pensé: tampoco es un pestiño, está claro, pero... ni le sienta del todo bien ni lo necesita para nada este músico.

Y particularmente, yendo ya a lo que "Ghost on ghost" me proyecta, veo la novedad de temporada de I&W como un reafirmarse a lo bestia en esos "nuevos registros", exagerando todavía más dicho discurso musical. Mucho más, en verdad. Y no tiene nada que ver con lo edulcorado que pueda resultar a quien toque, por lo menos en mi caso... Hay un ingente de "discos pop azucarados" por bandera que me agradan y que a más de uno pueden atragantar igual que ocurre en dirección opuesta (faltaría plus). De hecho, por ejemplo rápido -y por buscar uno más o menos reciente-, recuerdo ahora haber devorado con fruición ese maravilloso "In between dreams" (2005) de Jack Johnson que Nikochan me grabara en su momento y que aún recupero de vez en cuando. Y ya que mento al archienemigo (uno de los defensores a ultranza del estreno musical que aquí nos ocupa)... me parece que no hay dios que le pueda discutir, pues de ello hablábamos el otro día, eso de que en realidad y bien pensado nunca fue Iron & Wine algo comparable a los Ramones en cuanto registros elegidos precisamente... Vaya que sip. Sin embargo yo a esto del "Ghost" lo que le encuentro es que ya no me meto en si está bien o mal producido (que pregunten a un profesional del gremio, no te jode) es que, particularmente, no congenio en absoluto con esa producción... coros femeninos a lo peor de Stereolab que me dan ictericia, sobreinstrumentación innecesaria sin venir a colación y (especialmente) ese tufillo que me da a producto cerebral y precalculado al milímetro en un laboratorio digital (y espero se aprecie el esfuerzo por no incluir el término "gafapastada" por ahí en medio)... Y mira que hay melodias que, despojadas de tanto arnés pirotécnico, tienen que ser bien bonitas de cojones ahí en medio metidas (tampoco tantas, algo menos de la mitad, pero las hay)... Por todo ello lo que, a su vez, yo le comentaba al hacedor de la isla antagonista bloguera es que a mí este disco me hacia pensar en lo grande que era por ejemplo (el ejemplo más claro de todos) lo logrado por el Sr. Zimmerman... Un tipo, con su guitarra y harmónica, jugándose los cuartos ante el mundo entero con el único y principal activo de lo que valen sus canciones. Sin trucos, trampas ni cartones. Y, de acuerdo, si ya me parece muy injusto perdirle a Beam que sea tan bueno como Elliott S. ya ni te cuento en esta otra e imposible comparativa como queda el tema... De hecho, permítanme irme un poco a por tabaco (que apetece), si me parecerá bueno y único el de Duluth que siendo como soy de los que creen a pies juntillas que: si bien Pearl Jam no es necesaria/taxativamente la mejor banda de rock del último par de décadas (que es todo muy subjetivo) si es, al fin, una de las mejores y (definitivamente) la supercampeona en la relación calidad/crítica (con permiso de los Robinson, de acuerdo, todo ok)... Y gran parte de culpa la tiene el impresionante registro y pericia como cantante de Don Vedder, por supuesto. Pues, bien, hace un tiempo vi una interpretación de Eddie (cantante al que idolatro, ni qué decir) en plan "solo ante el peligro" -con su guitarra y va que chuta- de los tan clásicos "tiempos cambiantes" del Maestro... Joder qué bien que canta... Y con todo, me pareció (y escuece de admitirse) algo casi amateur al lado del original... Esa sensación de canción que te corre por las venas desaparece ipso facto en dicha comparativa (y mira que, insisto, la canta Vedder como dios, mejor que nadie pero... no como Bob Dylan -cuestión de alma, emoción, integridad, etc, elevado todo al máximo exponente, claro-). Pues bien, retomando toooodo el tema (y salvando todos los multiversos que hay en medio), Beam tenía algo de eso, de esa gallardía, esos huevos y sensibilidad... Mis composiciones, mis melodías e interpretaciones "solas ante el peligro" y que sea lo que toque. Si señor. Ahora, a día presente, va y decide "esconderlas" en producciones y jerigonzas de estudio varias... Hay quien verá ahí ganas de innovar y crecer como artista, que en su derecho está (que debatiré hasta el fin pero de acalorada discusión cero, ni que decir), pero lo que yo veo (y claramente) es falta galopante de confianza en su trabajo (sobretodo, que insisto que hay melodías muy rescatables en "Ghost on ghost" pero que, ay, quedan fatalmente cercenadas por tanto emperifollamiento -siempre en mis cuentas, no me canso de matizar-) y, de igual forma, un evidente bajón compositivo. Para rematar, renuevo mi secundamiento a Mr. Meeple que el otro día en la entrada de su ilustre brother se reafirmaba, desde su condición de fan del artista desde el primer paso de éste o poco menos, en sus (críticas) opiniones sobre "Ghost on ghost" y en contra del buen recibimiento imperante por parte de la parroquia. A veces ya toca este papel en la bloguería, ya... Recuerdo cuando estuve en situación similar pero en "el otro lado", con el aún último Wilco, defendiendo a capa y espada un disco que (sobretodo por arrancar con, posiblemente, el peor tema de la historia de tan imprescindible banda) a mi me parecía fetén (restando lo vertido en paréntesis anterior, obviously) y que, de entrada, se llevó sus buenos palos (generalizando -que después se fue moderando el tono-)... Bueno, como siempre, en el debatir está el gozo (perse), que los gustos siempre quedan y quedarán en los particulares hinojos de quien proceda.

Postdata cabrona: Quien quiera escuchar lo que Iron & Wine intenta en este disco pero no le sale ni por asomo, y no quiera tirar del "Figure 8" (por ej.), le recomiendo el muy azucarado disco del aussie Bob Evans titulado "Suburban songbook"... Uno de los mejores discos de 2006 y que, faltaría, será protagonista de uno de los próximos "reivindiscables" de esta, su cochambra amiga. Puro almíbar de calidad suprema que se deshace en la soul (de verdad que se lo juro a todos/as)... y sin coritos gafapastiles de bossanova por la curra, ni vacuos floripondios varios y por el estilo...
Postdata normal: Si puedes hacer esto Sam... ¿por qué?...