Y ahora van los Sonic Youth, claro está. Herederos del alma velvetiana, de la potencia stooge o de la elegante tragedia televisiva (a lo que sumaría ecos a la desolación de la banda de Ian Curtis), és sin duda la banda más importante con la que nunca se haya visto revuelto el concepto "rock alternativo". Obvio, dado que si alguna formación guitarril más o menos célebre en el último cuarto siglo ha hecho realmente "rock alternativo", de verdad de la más buena y jamás de boquilla, esos son los de NY. Así va la cosa. Y hasta admito sin reservas que me cuesta la de dios señalar preferencias entre Replacements, Pixies, Dinosaur Jr y los de hoy, dado que esos cuatro han dejado -para mí y como siempre que puedo explico- la historia del Rock (o del que más me gusta al menos) donde la han dejado y nada posterior, aún de mi agrado, me llega a esos niveles. Aún admitiendo eso digo, y sigo, los más buenos son Sonic Youth. Tal cual. Comentaba hace unos meses Gonzalo que para él és la mejor banda de los últimos treinta años... Al leerlo la primera vez pensé: "coño, me encantan Sonic Youth pero treinta años son muchos"; al día siguiente: "hombre, en la pomada estarían, eso está claro"; y al cabo de dos días finalmente: "joder, pues bien pensado si que és verdad lo que escribe Gonzalo"... Porque sí te puede gustar levemente más alguna otra formación en el periplo de tiempo propuesto por el hacedor de la (imprescindible) Ragged Glory bloguera, pero a la postre estos, Sonic Youth, resultan los más buenos por tantas razones que se iba a hacer el posteo de hoy eterno. En breve resumen: tiene al mejor baterista del mundo desde el año las castañuelas, crearon un estilo propio partiendo desde su adorada no wave (el llamado noise rock) que nadie que haya intentado imitar (tal cual) ha escapado de salir escaldado, la dupla Thurston-Lee centrifugando a toda máquina és -amén de ya una de las grandes fotos del rock- algo de muy difícil comparar (no dejan nada por cubrir: velocidad, potencia, virtuosismo, personalidad... largo etcétera y además siempre x2)... Y muchas otras sin olvidar sus obvias motivaciones experimentales y, muy importante, sin dejar de reparar en que (por otro lado) no dejan de ser una banda de rock de guitarras-bajo-batería sin cartón ni trampa que valga.
Para no hacerlo más largo dejo para otra ocasión las andanzas de la familia sónica en el nuevo milenio (y siempre refiriéndome a su "discografía más estándar" y alejada de los experimentos y colaboraciones miles), cuya culminación -de momento- con ese "The eternal" del 2009 generó mi momento más feliz del rock de lo que llevamos de los dos miles de la mano de la flamante resurreción de la banda de Mascis (y costelladas al margen). Y simplificando al máximo, yendo ya hacia sus años más consensuadamente celebrados, afirmo que todo lo que va de "Evol" (86) a "Washing machine" (95) me parece de traca. Y sí que es cierto que el imparable doble "Daydream nation" suele mentarse como su masterpiece total pero, cuidado, que cualquiera de los elepés a encaber entre "maldades" y "lavadoras" es susceptible de ser favorito de quien proceda y, para el caso, yo siempre pondré el icónico disco de las velas negras en el podio pero nunca por delante del "Sister" ni de este "Goo" que hoy pretendo destacar al tratarse de mi predilecto. Y es que "Goo", al fin, queda en medio de todo dentro de esos años de bonanza... Si la potencia de "Evol" subrayada por la mayor estructuración y coherencia de "Sister" desemboca en el celestial "Daydream", después pasará algo similar al juntarse la mayor accesibilidad de "Dirty" con los ambages experimentales del magnífico y algo infravalorado "Experimental, jet set, trash and no star" en el tan cojonudo "Washing machine". Así, ese "goo" (el álbum con el que los descubrí, por cierto) parece coger un poco de todas partes para alzarse en los gustos guzzeros con su tan logrado y sónico batiburrillo.
"Dirty boots" es uno de los himnos de la banda y arranca el disco de manera inmejorable. Siempre será uno de mis temas predilectos, ni qué decir, y aunque todo el temazo me parece una genialidad esas guitarras del último par de minutos... Magistral, sin duda. Y para la siguiente, "Tunic", por si Ranaldo y Moore eran poco se traen al mismísimo Mascis a rascar cuerdas... Magnífica canción cantada por Kim con aceleradas y desaceleradas y ese toque abiertamente claustrofóbico (a pesar de la contradicción) que la Gordon siempre ha sabido imprimir. La sigue "Mary-Christ", que no da respiro y ejemplo perfecto de esa deconstrucción punkie, a la que muchos corren para tratar de explicar el sonido de la formación, a base de multiplicar velocidades y distorsiones por doquier. En "kool thing", la mejor de las cantadas por Kim en el disco junto a la antepenúltima del susodicho, siguen sin levantar pie del pedal y escuchamos por ahí en medio a nada menos que a Chuck D de los Public Enemy haciendo muy breve cameo en forma de speech espectral. Para cerrar la primera cara tenemos "Mote" que siempre me ha creado sensaciones contrapuestas... Por un lado, en los primeros tres minutos y medio, es mi canción favorita de todas las compuestas por el descomunal Ranaldo en tantos años de historia del combo (casi nada, vaya), y por otra no entiendo a qué ese alargarla cuatro minutos a base de distorsiones y desgarramientos a tutiplén... Coño vale que sois quien sois (y es vuestro rollo y tal) pero esa canción es muy redonda para meterle eso (por) detrás. Reconozco que si lo pongo en vinilo suelo cambiar la cara en ese minuto 3.30 de pista. La cara B empieza con otra cantada por Kim, "my friend goo", de donde se saca el título del asunto y se recupera de paso la energía perdida en ese estirado final de la anterior cara (que insisto me jode, porque la parte "ordinaria" de esa "mote" es tremenda, superior). Tras sus dos escasos minutos vuelve a la carga Thurston con la muy cojonuda "dissappearer" (junto a la primera y la última pista mis momentos mágicos del disco junto a la parte "-muy- aprovechable" de "mote"). Lo de Steve Shelley es de patrimonio de la humanidad (rollo "silver rocket" lo aquí alcanzado) sin más a añadir y las guitarras brillan aquí con especial fulgor (todo un qué refiriéndonos a quien lo hacemos). "Mildred Pierce" es una breve instrumental de dos minutos donde se nos vuelve a demostrar como se las gastan repartiendo octanaje eléctrico estos cuatro... Y ahí queda eso con los berreos esquizoides sin previo aviso del final (que no veas que susto cuando no sabes lo que te espera... ya me han pasado dos décadas y todavía no lo he olvidado, no...). "Cinderella's big score" es para mí la gran canción del disco de las cantadas por la Gordon exclusivamente. De nuevo otro trabajo de imposible abarcar por parte de Steve y dios sabe cuantas pistas de guitarra atacando al unísono en momentos puntuales. Brutal, de esas que cuando parece que ya no se puede dar más logran dar otra vuelta tuerquera. Y tras el minuto de ruido de motor eléctrico de "scooter and jinx" (que cuenta como pista pero no como canción -de hecho yo siempre la cuento como intro de lo que sigue-), la guinda con "titanium expose". Directamente secuestrada de los momentos más rápidos del anterior "daydream" o "sister" en sus inicios y la única canción, finalmente, que se mide a guantás con las inolvidables "botas susias" del comienzo en base a las querencias guzzeras... Y como esto ya se me estiró más de lo calculado de antemano (que uno se anima con estas cosas y gentes y...) y un video vale más que diez mil palabras vamos precisamente con esas "botas susias". Sonic Youth, ¿qué añadir?... Si no te molan aprovecha, huye, que si te pican estos se quedan contigo de por vida. Irrepetibles y fin.
BONUS: