REIVINDISCABLES: "HAIL" / STRAITJACKET FITS (1988)

 Viva Australia !... Sobretodo Nueva Zelanda... Y la ciudad de Dunedin, ya puestos a concretar del todo por la cuenta le trae a esta verbena de hoy. Le comentaba no hace nada al gran Miguel Angel Crespo (hacedor del indispensable espacio Café Copa y Puro -ver lateral de la casa-) la pereza que me dan los "new releases" en comparación a lo que me gusta horadar en la historia rocanrolera toda ella (o sino toda lo que el tiempo y circunstancias permitan, of course). No me puedo tomar nunca, y lo intento (vive aquel !), del todo en serio una reseña de un "disco nuevo", salvo en muy contadas excepciones (lo tozudo de lo evidente, muy -MUY- a veces pero ahí está). Y empezando por las propias, ojo ahí. Necesito algo de perspectiva, tiempo. Discos que hoy son un nueve de aquí cinco años pueden ser un siete o un seis como mucho (y viceversa, sí)... Pongo como ejemplo, sin dar nombres como los cowards, un espacio de alguien altamente respetado (y con justicia a mi humilde entender) en esto de la bloguería (y, de hecho, de la prensa escrita musical en este país) que señalaba el disco del año pasado de los Afghan Whigs como "decepción"... Sí, si tienes prisa por tener que pasar rápidamente a otra cosa es posible (lo comparto nada, pero bueno). Ahora bien, si te gusta en verdad esa banda, sabes a que juegan y te has rebozado en su obra disfrutándola cual gorrino enfangado es im-po-si-ble que no te guste el disco (tiene ese rollo hermético y concreto suyo que -salvo en "1965" por ser más inmediato- sabes te demandará el álbum que toque pero que, finalmente, te llevará al huerto sin remisión). Volvemos al tiempo y la perspectiva mínima. Y extrapolando ello al generalizar en el mundillo del rocanrol y atendiendo a que como forma artística/creativa es un estadio que va en pañales en comparación a otras formas artísticas/creativas, repito una y otra vez: a qué coño tanta prisa... Tanta tendencia impuesta y tanta pollez granelera. Después viene el Master Joserra y me habla de un disco del 70 del que no tenía ni papa y, obvio, flipas... O descubres aquel disco de la "bomba" de los Groundhogs... O se te puede pasar también una ambrosía como el "Daddy's highway" de The Bats si no vas con cuidado... Ese disco, por cierto, era el que ponía para contextualizar lo que, tan vehementemente (perdón), vengo a referir aquí... Un disco tan bueno como el mejor de los Smiths o los Go-Betweens contumazmente ignorado por el ingente mayoritario. Y entonces me pregunto: "¿si yo que soy un pelacañas voy dando con estas virguerías, y lo mucho que sé me falta por descubrir (y por impagable suerte), no sería tremendo que la gente que se dedica al mundillo de la prensa musical nos diera a conocer estas burradas en vez de la última mandanga de los Arcade Monkey Ferdinand y la madre que los parió?". Me cago en la mar, vaya. Aunque, bueno, el disco de los Bats, aún de forma cruelmente menor a lo merecido, es más o menos (mayormente menos) conocido, sí... Han seguido en activo, sacando buenos trabajos (aún con década de parón included), supongo que de vez en cuando van a alguna chirigota veraniega y después: "a mi lo que me gustan son los Bats que los he visto en el FIB o similar"... Ya, pero es que llevan tres décadas de carrerón intachable o más y tal... Lo mismo si no te fijaras tanto en los medios y chirigotas varias de "actualidad rabiosa" en vez de tanto Antonia y los Jonstons, por ejemplo, podrías llevar la tira de años disfrutando animaladas como lo de esta gente y similares... Pero eso es  otro tema, sí. 


Sin embargo, siempre desde la egoista perspectiva propia, hay casos peores... ¿Qué ocurre cuando algo que tienes la certeza absoluta -y muchísimo más allá de las debilidades generacionales de quien toque- de su putoamismo e imperiosa necesidad es, directamente, ignorado sin medida y sistemáticamente porqué sí?... Pues jode. A tí no te va nada y debiera importarte ídem. Pero sigue jodiendo en definitiva... También desde el Dunedin Sound, por la neozelandesa localidad así evidentemente llamado, llegaron los Straitjacket Fits... Un segundo disco buenísimo, un tercero y último que aguanta el tirón (aunque flojeé en la comparación) y, sobretodo, un estreno que es una maldita masterpiece del santo copón bendito: "Hail" (1988), antes de perderse tan cruelmente en el olvido general. De todo aquello y con The Clean por montera que tenemos Chills, Tall Dwarfs, Verlaines, los propios Bats y demás pero, como ocurre con el mentado "Daddy's highway" de esos últimos, dicho álbum de los Straitjacket Fits merece, no tengo el menor atisbo de duda, figurar como un oldie de la historia rockera toda ella al nivel de los también ochenteros "Murmur", "Queen is dead" o "16 Lovers Lane". Esto es así. Por poner otro ejemplo y tirar ya de la manta del todo, mentar que aún admirando mucho a los honorables Teenage Fanclub (recurrente ejemplo de pop de guitarras melódico, y por algo será) no creo que tan reputada formación tenga un disco que le aguante hasta el second round siquiera a este "Hail" en su edición UK/US (vital matiz). Ahi queda eso. 

Sin más, escuchen esto:




Y todo el resto, las otras nueve, por ahí rondan. Puestos a echar vinagre se debiera admitir que esta es la edición facturada para "comerse el mundo" (como debió haber ocurrido en una realidad mejor) y la original neozelandesa carece de algunos de los dardos aquí a ubicar. En cualquier caso, temas con entidad, bien paridos... Las guitarras de "Hail" -la canción- surgiendo desde la oscura aunque dinámica melodía, el arranque de "Dialling a Prayer" que se arrastra desde las sombras de lo mínimo para liarte la marimorena sin previo aviso (si la cantara McCulloch sería un muy posible top-10 de Echo fácilmente)... Ya han oido "All that that brings" y a qué más... Si la hubieran metido Stipe y Buck en "Document" iba a salir hasta en los anuncios de sopicaldos. Pero es lo que hay.  Más melódica si cabe, "más Bats", llega "Sparkle that shines" con sus coros y su tono tan abiertamente smithero que es la redención automática... Y ese tono de country sideral que se gasta... Pero, coño, es que "She speeds"es tan excesivamente buena que, seguramente, es justo ahí cuando ya se repara en que el que esto no sea más reconocido es de como para cagarse en algo, ya seriamente y tal... Cuanta luz en el estribillo, cuanta personalidad antes... Tremendo, se insiste e insistirá.


Seguimos en la tourné con el peaje beatleniano de "So long Marianne", con magníficos coros y voces dobladas... y qué decir de la guitarra centrifugadora que aparece a traición o la misma melodía conductora. Se deshace la cabrona y, por si fuera poco, me recuerda las veces a ese cruzar el charco de Jordan y sus Groovies en el segundo lustro setentero... A qué más, de nuevo. "Grate" se refugia, again, en esa contención presta a estallar que es, de alguna manera, el santo y seña de buena parte del disco... Magnífica, de nuevo, esa guitarra que dirige el cotarro desde la segunda fila pero haciéndose notar en todo momento. "Fabulous things" me parece el momento "preciosura total" del disco (la imagino cantada por Buckley Jr. y... joder). Majestuoso aquí ya no queda corto sino que ni habita en el mismo continente. Y tras la miel llega el pelotazo "Life in one chord", claro... El momento punkarril de "Hail", un trallazo sin contemplación que valga aún con sus dejes melódicos, innegociables con esta gente y álbum, a cuestas... Y así, tras la celestial deceleración de turno (que es que se les daba muy bien) de ese tema previo llegamos al final con "This taste delight" y su elegante crescendo mode en slow burn sin pausa... Los que piensen que el rock empezó con "Nevermind" se pongan esto para descubrir que los magníficos "Grace" o "The bends" lo serán siempre (el primero especialmente, faltaría, sí) pero que, y aunque ya se sepa, de inventar más bien nada tirando a cero ambos dos. Y ya estaría, ahora solo me queda la duda de si poner esto en el Exile o no (que lo mismo me acusan de "rollero"... aunque precisamente son las apreciaciones personales lo que más me motiva de los escritos ajenos -lo meramente expositivo en esta "era de la informasión" me da cada vez más mandra-) y recomendarles que, por los clavos de todo el santoral bendito o lo que particularmente proceda a cada un@, se hagan con el disco "Hail" de los Straitjacket Fits... Gloria bendita total.

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