ROCKUMENTAL: "THE TRANSATLANTIC FEEDBACK" (2006)

 


No he visto el rockumental del título, vaya por delante. Pero descubrí el único disco de la carrera de los Monks a principios de año (poco antes de adquirir compromisos paternos y tal), ese "Black Monk Time" (1966), y la verdad es que pocas cosas he escuchado nunca que encajen tan  perfectamente en aquello tan manido de "adelantado a su tiempo". The Monks eran proto-punk antes del proto-punk, su influencia en bandas arty rock posteriores como The Fall, Suicide, The Feelies, Pere Ubu o Swell Maps (y unas muchas más) es más que evidente, el minimalismo tan irrepetible de la Velvet (después grabado en techo alto por los de Curtis) también aparece por aquí, ¿psycodelia?... también tenemos de eso, si (y por un tube). Además, que en esto ya soy más zote, se adelantó al krautrock siendo una evidencia más que reconocida para Faust o Can, entre otros.  Transgresores como pocos y con unas pintas que anunciaban el apocalipsis no puedo imaginar lo que sería ver a estos tipos en directo en la Hamburgo de 1965 donde se establecieron... Y lo más cojonudo es que ese disco, con ese sonido tan particular por bandera, sigue aguantando los embites del tiempo mejor que bien. Pura adrenalina sixtie con machaconas bases, órganos de Satán, guitarras desgarradas, berreos por doquier y hasta un hit en potencia y todo ("I hate you" de título -perfect, si-), que encontramos en "Black Monk Time" entre muchas otras cosas...


 Así que, tras todo lo comentado, no pienso pedir disculpas por titular el posteo con algo que no he catado aún pues, por -puro y duro- legado de la formación, la cosa era que The Monks aparecieran aquí cuanto antes y dejar constancia, además, de  la/mi necesidad imperante de echarle guante a este (premiado) documental del 2006, "The Transatlantic Feddback", donde se explica la historia de estos soldados yanquis que se quedaron en las alemanias al licenciarse para cagarse en el sistema de gobierno de su país natal y arrearle con todas las ganas a la iglesia de paso mientras reinventaban la concepción de entender la música contemporánea,  cuanto antes.  Ni tres décadas de censura pudieron con The Monks al fin y su propuesta sigue sorprendiendo y creando una, difícil de explicar, adicción tras una docena de años de nuevo milenio... Si les conocen cojonudo (bueno... no, por no haberme avisado) y si es que no, pues nada, agarrarse fuerte que toca.