LITTLE FEAT - "Waiting for Columbus" (1978)

Afirmar que Little Feat, con su invencible mezcla de rocanrol, country y sonidos de la black music, es una de las más grandes bandas de rock setenteras yanquis (y, por lógica extensión, de la Historia) resulta una evidencia del calibre de "mi abuelo es mayor que yo" o/y similares... Y lo mismo, por supuesto, ocurre al ponderar el talento de ese genio irrepetible que fue Lowell George. Es por ello que, para esta primera entrada de la formación en la casa, se elige este famoso directo de 1978, pues aunque (sin duda) se mantenga en la obviedad para el conocedor añejo resulta, a su vez, una magnífica manera de introducirse en el mundo Feat para aquel afortunado que llegue de nuevas.

"Waiting for Columbus", doble live con icónica portada tomatera, recoge parte de su gira de 1977 paseando por el mundo muchos de los mejores momentos de sus seis magníficos  álbumes de estudio previos. Cuenta además con el line-up clásico, consolidado ya del todo desde "Dixie chicken" -el tercer disco de 1972- en adelante y, faltaría, en un estado de forma y rodaje inmejorable. El genio de Lowell George nos abandonaría, a unos demasiado crueles treinta y cuatro años,  en verano del año siguiente a la edición de este trabajo y al poco de ver editado su único -y muy recomendable- álbum en solitario, pero ya no ese "Down on the Farm", terminado en estudio, ya sin él, en otoño del mismo 1979 y que vendría a cerrar el periodo clásico e inolvidable de la formación. Pero, en cualquier caso, esa colección de seis discos de estudio más el directo, que hoy mayormente nos ocupa, acaba por cimentar una de las páginas más brillantes y necesarias de la historia rockera toda. Así, con toda la chulería y contundencia se requiera y más. 

Nos ofrece  también este trabajo un inmejorable testimonio de que LF era mucho mas que George y quien tuviera la suerte de rondar cerca... Sin desmerecer al resto (atención al bajo de Kenny Gradney para "Day or night", como rápido ejemplo), Bill Payne y Paul Barrère hacen valer galones como las otras grandes fuerzas creadoras y solistas del legendario combo (de nuevo como fugaces muestras: magnífica la guitarra del segundo para "Time loves a hero" y lo del primero con los teclados de "Dixie chicken" no tiene ya ni nombre). Sumemos algún special guest de postín como Mick Taylor para "Apolitical Blues", lo bien que funcionan las voces a coro de toda la tropa cuando se requiere o, ya puestos, el concurso de toda una sección de vientos para enaltecer aún más el discurso en momentos puntuales y, por supuesto, el triunfo se desvela al fin completo. Aunque, por supuesto también, sería injusto despedir esta breve reseña sin hacer una última vez hincapié en lo brillante, en la emoción que podía llegar a transmitir este monstruo, que lo fue, de Lowell George. Todo un imprescindible lo de hoy, en cualquier caso (y de los de verdad). Historia del medio, directamente. 

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